Por: Juan Manuel López
Ubicado en la zona central y montañosa del Estado de México, Jilotepec es uno de los municipios que sobresalen por su contraste histórico, el cual se puede analizar en su cultura perteneciente a la época prehispánica, pero también a su época colonial y contemporánea, convirtiéndolo en un espacio donde converge el tiempo y creencias arraigadas propias de nuestro hermoso país.
Este municipio recibe su nombre del náhuatl: xilotl que a su vez se traduce como jilote que significa mazorca tierna, y tepetl, que significa cerro, así que traduciéndolo al castellano, Jilotepec significa en el cerro de los jilotes, característica presente en sus campos de cultivo.
En esta ocasión te presentamos el municipio de Jilotepec, lugar que debes visitar en este mes de marzo por sus tradiciones durante Semana Santa y el comienzo de los festejos de primavera, donde además encontrarás diferentes sitios de interés general para pasar un fin de semana agradable, rodeado de naturaleza y las calles de esta bella ciudad colonial.
Ubicado en la zona central y montañosa del Estado de México, Jilotepec es uno de los municipios que sobresalen por su contraste histórico, el cual se puede analizar en su cultura perteneciente a la época prehispánica, pero también a su época colonial y contemporánea, convirtiéndolo en un espacio donde converge el tiempo y creencias arraigadas propias de nuestro hermoso país.
Este municipio recibe su nombre del náhuatl: xilotl que a su vez se traduce como jilote que significa mazorca tierna, y tepetl, que significa cerro, así que traduciéndolo al castellano, Jilotepec significa en el cerro de los jilotes, característica presente en sus campos de cultivo.
En esta ocasión te presentamos el municipio de Jilotepec, lugar que debes visitar en este mes de marzo por sus tradiciones durante Semana Santa y el comienzo de los festejos de primavera, donde además encontrarás diferentes sitios de interés general para pasar un fin de semana agradable, rodeado de naturaleza y las calles de esta bella ciudad colonial.
Tradiciones, raíces del pueblo que crecen y dan fruto
Una de las tradiciones más antiguas es la festividad xhita, una costumbre ancestral que se realiza tradicionalmente cada año en ofrenda a los dioses para pedir una buena cosecha. Los hombres se disfrazan con cabelleras hechas con cerdas de rabos de ganado vacuno, y se adornan con grandes cuernos. Inicia cuarenta días antes del miércoles de Ceniza y termina el martes de Carnaval.
Cuenta la historia que los xhitas es una danza prehispánica de origen otomí; un culto dedicado a la madre tierra, para que tengan buenas cosechas. Al iniciar esta tradición, los otomíes se colocaban su penacho llamado Xhirgero o Greñero para la guerra imitando al toro fuerte, asimismo, silbaban su cuerno para alejar al rayo en las lluvias; se cubrían con un cuero de vaca, conejo, ardilla o zorra el rostro en forma de máscara para poder ver en la oscuridad y así burlarse de la muerte.
La vestimenta era de ixtle rasgado sacado del maguey, también usaban el chicote de ixtle para espantar a los malos espíritus. Cuando llegaban las sequías, su baile para la buena cosecha es la brazada, donde dos xhitas se abrazan para que el maíz brote muy pronto su hoja; cuando terminan de bailar, truenan el chicote, y se alistan para la guerra defendiendo sus territorios de otras tribus; esto se le llama brincada.
Tierra fértil que inspira y atrae
El agradable clima templado de la zona es ideal para caminar por el centro, a través de su hermoso bulevar o el jardín central tradicional, donde podrás observar la Iglesia de San Pedro y San Pablo, que son una muestra de la arquitectura típica del Siglo XVI. En el interior hay un retablo barroco tallado por artesanos nativos.
Ya que hablamos de las construcciones sacras, el santuario de Canalejas y su iglesia, construida en el Siglo XIX, se encuentran en las alturas de una colina, desde donde se tiene una excelente vista panorámica de la ciudad.
La fértil tierra de Jilotepec deleita a sus visitantes con el parque “Las Sequoias”, con pinos considerados como los más altos del mundo, el parque “El Llano” cuyas instalaciones permiten al turista tener días de campo, y está equipado con pistas de ciclismo, el centro recreativo Danxhó, en el borde de una de las presas más importantes de la zona, donde se puede practicar la pesca deportiva y, por último, el parque “Las Peñas”, con formaciones rocosas que hacen que sea ideal para la escalada en roca, rappel, ciclismo de montaña y camping.
Una de las tradiciones más antiguas es la festividad xhita, una costumbre ancestral que se realiza tradicionalmente cada año en ofrenda a los dioses para pedir una buena cosecha. Los hombres se disfrazan con cabelleras hechas con cerdas de rabos de ganado vacuno, y se adornan con grandes cuernos. Inicia cuarenta días antes del miércoles de Ceniza y termina el martes de Carnaval.
Cuenta la historia que los xhitas es una danza prehispánica de origen otomí; un culto dedicado a la madre tierra, para que tengan buenas cosechas. Al iniciar esta tradición, los otomíes se colocaban su penacho llamado Xhirgero o Greñero para la guerra imitando al toro fuerte, asimismo, silbaban su cuerno para alejar al rayo en las lluvias; se cubrían con un cuero de vaca, conejo, ardilla o zorra el rostro en forma de máscara para poder ver en la oscuridad y así burlarse de la muerte.
La vestimenta era de ixtle rasgado sacado del maguey, también usaban el chicote de ixtle para espantar a los malos espíritus. Cuando llegaban las sequías, su baile para la buena cosecha es la brazada, donde dos xhitas se abrazan para que el maíz brote muy pronto su hoja; cuando terminan de bailar, truenan el chicote, y se alistan para la guerra defendiendo sus territorios de otras tribus; esto se le llama brincada.
Tierra fértil que inspira y atrae
El agradable clima templado de la zona es ideal para caminar por el centro, a través de su hermoso bulevar o el jardín central tradicional, donde podrás observar la Iglesia de San Pedro y San Pablo, que son una muestra de la arquitectura típica del Siglo XVI. En el interior hay un retablo barroco tallado por artesanos nativos.
Ya que hablamos de las construcciones sacras, el santuario de Canalejas y su iglesia, construida en el Siglo XIX, se encuentran en las alturas de una colina, desde donde se tiene una excelente vista panorámica de la ciudad.
La fértil tierra de Jilotepec deleita a sus visitantes con el parque “Las Sequoias”, con pinos considerados como los más altos del mundo, el parque “El Llano” cuyas instalaciones permiten al turista tener días de campo, y está equipado con pistas de ciclismo, el centro recreativo Danxhó, en el borde de una de las presas más importantes de la zona, donde se puede practicar la pesca deportiva y, por último, el parque “Las Peñas”, con formaciones rocosas que hacen que sea ideal para la escalada en roca, rappel, ciclismo de montaña y camping.
Maíz, base de los platillos típicos
Si Jilotepec significa Cerro de los Jilotes, es obligada la comida que como base tenga al maíz, como en la mayoría de nuestro país. Es por esta razón que en Jilotepec se cuente con platillos como quintoniles en salsa, carne de res o cerdo con verdolagas y sazonado con hierbas típicas como el chivatito.
Las quesadillas de huitlacoche son representativas del lugar, ya que si bien el huitlacoche es un hongo del maíz, se aprovecha en diferentes guisos en los que se pueda disfrutar de su exquisito sabor.
Pero no toda su cocina se basa en maíz y vegetales, también se cocinan los gusanos de maguey, un platillo exótico prehispánico que fascina a grandes y chicos, además de los escamoles que son los huevecillos de las hormigas, pero que de igual forma son de un sabor incomparable a cualquier otro platillo. Todo se acompaña de la bebida tradicional que es el atole de maíz y el pulque.
Una recomendación de una visita obligada
Sobra decir que Jilotepec es uno de los municipios obligados por visitar en este mes, ya que en él encontrarás una serie de atractivos que te harán comprender la historia de nuestro país, valorar los parajes naturales que nos regalan una vista inigualable e inspiradora, además de la visión moderna de una ciudad que va creciendo a una velocidad que respeta el pasado y su historia, pero a la vez que visualiza un futuro a partir de las capacidades de su población.
No pierdas la oportunidad y visita Jilotepec, el Mejor Lugar para recibir a la primavera.
Si Jilotepec significa Cerro de los Jilotes, es obligada la comida que como base tenga al maíz, como en la mayoría de nuestro país. Es por esta razón que en Jilotepec se cuente con platillos como quintoniles en salsa, carne de res o cerdo con verdolagas y sazonado con hierbas típicas como el chivatito.
Las quesadillas de huitlacoche son representativas del lugar, ya que si bien el huitlacoche es un hongo del maíz, se aprovecha en diferentes guisos en los que se pueda disfrutar de su exquisito sabor.
Pero no toda su cocina se basa en maíz y vegetales, también se cocinan los gusanos de maguey, un platillo exótico prehispánico que fascina a grandes y chicos, además de los escamoles que son los huevecillos de las hormigas, pero que de igual forma son de un sabor incomparable a cualquier otro platillo. Todo se acompaña de la bebida tradicional que es el atole de maíz y el pulque.
Una recomendación de una visita obligada
Sobra decir que Jilotepec es uno de los municipios obligados por visitar en este mes, ya que en él encontrarás una serie de atractivos que te harán comprender la historia de nuestro país, valorar los parajes naturales que nos regalan una vista inigualable e inspiradora, además de la visión moderna de una ciudad que va creciendo a una velocidad que respeta el pasado y su historia, pero a la vez que visualiza un futuro a partir de las capacidades de su población.
No pierdas la oportunidad y visita Jilotepec, el Mejor Lugar para recibir a la primavera.