Por: Juan Manuel López
El tiempo es el único recurso no renovable de la humanidad, sin embargo, también es el recurso más desperdiciado, sobre todo cuando prestamos más atención a cosas banales y distracciones que poco nos dejan.
El derroche de tiempo nos parece tan irreparable, que nada hacemos ya para cambiar algo. Aún cuando existen alternativas viables, como el aprender de nuestras experiencias del pasado, vivir cada momento disfrutando ese instante especial en el presente y obviamente planear cosas a futuro que estemos consientes podremos llevar a cabo.
Bajo esta visión del tiempo e inspirado en el clásico cuento de Charles Dickens “A Christmas Carol”, se materializa la ilustración de nuestra portada para el mes de enero, conformada por seres extraordinarios que dentro de su simpleza, nos referencian al tiempo y sus tres fases.
En la base de la ilustración se observa un espiral de tiempo, se inicia de esta forma ya que el tiempo no tiene un inicio ni un fin, es una serie de ciclos interminables; estos mismos ciclos se aprecian al interior que a modo de reloj refleja la medición del tiempo.
Después observamos a tres seres que van naciendo del punto medio del espiral, los tres tienen la misma apariencia ya que el tiempo es exactamente igual, pero cada persona es la que lo dotamos de ciertas características y que lo hace único e irrepetible a nuestra vida.
De izquierda a derecha, el primer ser representa al pasado, por eso tiene forma de sombra, aquella que sigue nuestros pasos y a la que siempre podemos observar para reconocernos en ella y recordar lo que hemos vivido. Es de color morado ya que, a pesar de ser una sombra sigue viva y por ello sigue teniendo un tono enigmático y cautivador.
En medio observamos al presente, representado por un cono color rojizo y amarillento, ya que nos habla del aquí y ahora, de un lugar específico en el tiempo, aquel que aún no termina pero que tampoco se predice. El color referencia al triunfo que cada uno logramos en nuestro día a día, sin importar las derrotas, ya que incluso en ellas, salimos victoriosos al enfrentarlas o al aceptarlas aprendiendo de ellas.
Y al final, tenemos al futuro, con una figura desconcertante, aquel que nace como el humo, ya que no se puede tocar y a veces ni visualizar, pero sabemos que está ahí, esperando una fuente de concreción. Esta figura es color verde, ya que como bien dicen: “El verde es esperanza”, y que es el futuro, sino la esperanza de vivir, de disfrutar y de superarnos en un tiempo venidero.
Nótese que ambas figuras observan al siguiente, esto es, el pasado observa al presente y el presente al futuro, en el caso de éste último, observa a la nada, ya que si es difícil visualizar al futuro, ¿Qué existiría más allá del mismo futuro?
Si tú también quieres participar con tus ilustraciones, narraciones, poemas, y toda aquella forma de expresarte, hemos creado una nueva sección para ti, en la que puedes compartir con nosotros y nuestros seguidores tus trabajos.
Atrévete y detona tus habilidades, recuerda que Entropía, Ilumina tus Ideas.
El tiempo es el único recurso no renovable de la humanidad, sin embargo, también es el recurso más desperdiciado, sobre todo cuando prestamos más atención a cosas banales y distracciones que poco nos dejan.
El derroche de tiempo nos parece tan irreparable, que nada hacemos ya para cambiar algo. Aún cuando existen alternativas viables, como el aprender de nuestras experiencias del pasado, vivir cada momento disfrutando ese instante especial en el presente y obviamente planear cosas a futuro que estemos consientes podremos llevar a cabo.
Bajo esta visión del tiempo e inspirado en el clásico cuento de Charles Dickens “A Christmas Carol”, se materializa la ilustración de nuestra portada para el mes de enero, conformada por seres extraordinarios que dentro de su simpleza, nos referencian al tiempo y sus tres fases.
En la base de la ilustración se observa un espiral de tiempo, se inicia de esta forma ya que el tiempo no tiene un inicio ni un fin, es una serie de ciclos interminables; estos mismos ciclos se aprecian al interior que a modo de reloj refleja la medición del tiempo.
Después observamos a tres seres que van naciendo del punto medio del espiral, los tres tienen la misma apariencia ya que el tiempo es exactamente igual, pero cada persona es la que lo dotamos de ciertas características y que lo hace único e irrepetible a nuestra vida.
De izquierda a derecha, el primer ser representa al pasado, por eso tiene forma de sombra, aquella que sigue nuestros pasos y a la que siempre podemos observar para reconocernos en ella y recordar lo que hemos vivido. Es de color morado ya que, a pesar de ser una sombra sigue viva y por ello sigue teniendo un tono enigmático y cautivador.
En medio observamos al presente, representado por un cono color rojizo y amarillento, ya que nos habla del aquí y ahora, de un lugar específico en el tiempo, aquel que aún no termina pero que tampoco se predice. El color referencia al triunfo que cada uno logramos en nuestro día a día, sin importar las derrotas, ya que incluso en ellas, salimos victoriosos al enfrentarlas o al aceptarlas aprendiendo de ellas.
Y al final, tenemos al futuro, con una figura desconcertante, aquel que nace como el humo, ya que no se puede tocar y a veces ni visualizar, pero sabemos que está ahí, esperando una fuente de concreción. Esta figura es color verde, ya que como bien dicen: “El verde es esperanza”, y que es el futuro, sino la esperanza de vivir, de disfrutar y de superarnos en un tiempo venidero.
Nótese que ambas figuras observan al siguiente, esto es, el pasado observa al presente y el presente al futuro, en el caso de éste último, observa a la nada, ya que si es difícil visualizar al futuro, ¿Qué existiría más allá del mismo futuro?
Si tú también quieres participar con tus ilustraciones, narraciones, poemas, y toda aquella forma de expresarte, hemos creado una nueva sección para ti, en la que puedes compartir con nosotros y nuestros seguidores tus trabajos.
Atrévete y detona tus habilidades, recuerda que Entropía, Ilumina tus Ideas.