Por fin ha llegado diciembre, la época donde la familia se encuentra más unida que nunca, los arreglos navideños alegran los corazones; sobre las ramas del árbol se columpian bellas luces que iluminan y guían nuestra fe. Al atardecer padres, hermanos, amigos se reúnen alrededor de una fogata cantando villancicos conviviendo y compartiendo los más deliciosos majares y para finalizar la velada, llega momento más anhelado por todos, quebrar la tradicional piñata.
En esta época navideña las piñatas son dignas representantes de la alegría y diversión, donde sus coloridas formas nos contagian de euforia y entusiasmo, esta bella tradición, es una de las más importantes que los mexicanos podamos tener, desafortunadamente no todos conocemos el origen de esta destacada celebración al que llamamos “Romper la Piñata”.
El verdadero origen de las piñatas se remonta a China, un país que celebra el inicio del año chino cada primavera en el cual se lleva a cabo una ceremonia en la que los habitantes elaboran una figura de un animal cubierta con papeles de colores y sobre ella colgaba herramientas agrícolas para desear buenas cosechas durante el año. Dicha figura era rellenada con cinco tipos diferentes de semillas, que caían cuando el rey con diferentes palos de colores rompía la figura. Al terminar de romper las figuras se les prendía fuego y se recolectaban las cenizas para tener buena suerte en todo el año.
El verdadero origen de las piñatas se remonta a China, un país que celebra el inicio del año chino cada primavera en el cual se lleva a cabo una ceremonia en la que los habitantes elaboran una figura de un animal cubierta con papeles de colores y sobre ella colgaba herramientas agrícolas para desear buenas cosechas durante el año. Dicha figura era rellenada con cinco tipos diferentes de semillas, que caían cuando el rey con diferentes palos de colores rompía la figura. Al terminar de romper las figuras se les prendía fuego y se recolectaban las cenizas para tener buena suerte en todo el año.
Esta tradición china se expandió por Europa, Italia en donde comenzaron a darle un sentido más religioso, cuando la piñata llegó a España los catequistas la relacionaron con simbolismos bíblicos como la ira de David, la estrella de Belén o la rosa de Jericó. Para el siglo XVI esta tradición llegaría a América como herramienta utilizada por los frailes para evangelizar al pueblo indígena. Pero antes de que esto ocurriera en México, los mayas inventaron un juego en qué consistía en romper con los ojos vendados una olla de barro llena de chocolate, misma que se columpiaba de una cuerda. Al llegar los españoles a tierras Mexicanas, los frailes se percataron de este juego podría servirles de apoyo para evangelizar al pueblo dándole un sentido religioso al juego de la olla, enseñándoles el significado religioso y promoviéndolo que se rompiera cada año durante el tiempo de Adviento como complemento a las fiestas de las posadas.
Actualmente la piñata está hecha con una olla de barro cubierta de papel de diferentes colores y esta representa el demonio, los siete pecados capitales, suele representar el mal como algo llamativo para seducir al hombre y preste atención. La Piñata tradicional es una estrella de siete picos que representan soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Pegarle con los ojos vendados simboliza a fe, virtud que permite creer sin tener que ver, el palo con que se golpea la piñata representa la fuerza de la fe que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Se dan 33 vueltas al participante vendado como recuerdo de la edad que tenía Cristo al ser crucificado.
Con la ayuda de gritos el jugador se guía para romper la piñata, destruir el mal simbolizado y descubrir los frutos que hay dentro de la piñata. El relleno de la piñata es símbolo de amor de Dios, ya que al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados.
Una vez finalizado el juego se entregan los tradicionales aguinaldos, que son bolsas con dulces y galletas que son entregados a todas las personas que asistieron pero que no pudieron acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas. Esta tradición surge con la idea de que nadie se quedara sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar en la alegría de la fiesta.
Ahora ya sabemos un poco del significado de esta festividad Navideña, una tradición que además de ofrecernos alegría nos da una reflexión que debemos meditar, todos como la piñata llevamos nuestro propio “relleno”, es decir una serie de cualidades, talento, dones que debemos descubrir y desarrollar para compartir con los demás, ya que cuando compartimos sentimientos, alimentos, etc, nos llenamos de alegría para dar y recibir.
Felices fiestas.
Actualmente la piñata está hecha con una olla de barro cubierta de papel de diferentes colores y esta representa el demonio, los siete pecados capitales, suele representar el mal como algo llamativo para seducir al hombre y preste atención. La Piñata tradicional es una estrella de siete picos que representan soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Pegarle con los ojos vendados simboliza a fe, virtud que permite creer sin tener que ver, el palo con que se golpea la piñata representa la fuerza de la fe que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Se dan 33 vueltas al participante vendado como recuerdo de la edad que tenía Cristo al ser crucificado.
Con la ayuda de gritos el jugador se guía para romper la piñata, destruir el mal simbolizado y descubrir los frutos que hay dentro de la piñata. El relleno de la piñata es símbolo de amor de Dios, ya que al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados.
Una vez finalizado el juego se entregan los tradicionales aguinaldos, que son bolsas con dulces y galletas que son entregados a todas las personas que asistieron pero que no pudieron acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas. Esta tradición surge con la idea de que nadie se quedara sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar en la alegría de la fiesta.
Ahora ya sabemos un poco del significado de esta festividad Navideña, una tradición que además de ofrecernos alegría nos da una reflexión que debemos meditar, todos como la piñata llevamos nuestro propio “relleno”, es decir una serie de cualidades, talento, dones que debemos descubrir y desarrollar para compartir con los demás, ya que cuando compartimos sentimientos, alimentos, etc, nos llenamos de alegría para dar y recibir.
Felices fiestas.