Por: Emilio Iglesias Becerril
Mujer, eres la piedra angular que sostiene la vida,
La Grandeza de tu amor, no tiene paralelo,
El infinito es poco para premiarlo.
Tu fortaleza y pundonor
En las veinticuatro horas al día lo demuestras
De eso hay mudos testigos
como tus andalias que cada vez
hacen más lento su caminar
pero siguen su camino sin cesar.
Y tu corazón es tan grande
Que graves allanamientos a tu esencia
son siempre capaces de perdonar.
oh terrible pecado
hacer que derrame una lagrima
de dolor, de ingratitud o de sufrimiento
por el simple hecho de sentirse superior
a la mujer, la mejor creación divina.
Mujer, eres la piedra angular que sostiene la vida,
La Grandeza de tu amor, no tiene paralelo,
El infinito es poco para premiarlo.
Tu fortaleza y pundonor
En las veinticuatro horas al día lo demuestras
De eso hay mudos testigos
como tus andalias que cada vez
hacen más lento su caminar
pero siguen su camino sin cesar.
Y tu corazón es tan grande
Que graves allanamientos a tu esencia
son siempre capaces de perdonar.
oh terrible pecado
hacer que derrame una lagrima
de dolor, de ingratitud o de sufrimiento
por el simple hecho de sentirse superior
a la mujer, la mejor creación divina.